sábado, 3 de octubre de 2009

PESE A TODO, DIOS SIEMPRE NOS RESCATA

Por: Álvaro Hernán Rincón Fresneda
Lic. Teología FUNLAM

Uso del G´EL en los Profetas Preexílicos
Sentido de solidaridad
Siguiendo a Frades Gaspar, tres profetas preexílicos, destacaron por su uso del G´EL en su mensaje y escritos.
Oseas: Israel rebelde, que ha abandonado a Dios creyendo que en el poder está la libertad.
Miqueas: reta la confianza del hombre en las riquezas, que oprimen al pobre y alejan a la persona de Dios.
Jeremías: recurre a el para expresar la esperanza de libertad del pueblo que vive en la desesperación.

Si nos detenemos a observar estas situaciones, no están tan alejadas de lo que hoy vivimos en nuestra realidad donde los problemas que aquejan al hombre no son más que el reflejo de sucesos ya vividos, pero que aun, persisten sin que se vislumbre solución alguna.

G´EL: Rescate, liberación, entendida en el AT, en el sentido de redención, venganza, sustento, etc., mejor aun, es el volver a como todo era antes de determinado suceso, donde la acción de Dios libera y rescata de la desgracia, independientemente de retornar o no al comienzo de las cosas.

TRES MODOS DE VER UNA SOLA VERDAD

Oseas: recurre a la infidelidad y a la rebeldía, el hombre recurre al poder del hombre para subsistir y ser libre. La muerte es temida y vista como el castigo final, del cual Dios no libera, en la medida en que el mismo hombre no se deje liberar, puesto que finalmente Dios no coacciona, nos deja actuar y decidir. Pero aun así se deja sentado que solo Dios libera y da vida, contrario a los deseos del hombre de matar y vivir a su modo. (Os. 2, 1 ss)

Miqueas: solo en la misericordia de Dios que se eleva por encima de los bienes del mundo, es posible alcanzar la paz y la libertad. (cf. Miq. 4, 2 – 5) se debe pasar por la humillación para alcanzar la purificación, ya que el lugar santo ha sido manchado, el hombre no ve lo bueno, sino el bien, como materia. No se puede alabar a Dios si se sirve a los bienes y explota al hermano, el culto vacío no dice nada. (cf. Mt. 6, 24. Miq. 6, 4)

Jeremías: dependiente de Oseas e influenciado por Miqueas, se centra en la liberación de todo tipo de explotación que reduce la vida del hombre a la miseria (Jer. 30. 31) se debe pasar por el éxodo nuevamente (Babilonia) ser rebelde y prostituirse para poder reconocer que solo en Dios, es posible ser liberado. Que solo él es capaz de rescatar al pueblo de sus enemigos, perdonarlo, consolarlo y cuidarlo.

Todo lo descrito anteriormente, no es más que un abrebocas del amor infinito que Dios siempre ha tenido por su pueblo, al cual educa por medio de las pruebas, ya que solo así, la fidelidad y la unidad son coherentes y auténticas, haciendo que quienes las han leído, leen y leerán, comprendan que a pesar de la fragilidad de la condición humana, Dios siempre estará presto a liberar, rescatar, salvar, siempre y cuando, la persona esté dispuesta a aceptarlo (Libertad) Así, el mensaje transmitido por los profetas, no será más que la voz de Dios recordándonos constantemente a qué estamos llamados.

En resumen, solo desde la libertad, la solidaridad no limitada a obras de caridad vacías y falsas, sino al compromiso serio de servir a los demás, sobre todo a aquellos que más lo necesitan y comprendiendo que detrás de toda liberación humana la obra de Dios se refleja como los rayos del sol en un espejo, haciendo de la historia, el referente de la obra divina para con el hombre y más aun hoy, donde el brillo de lo material, los falsos ídolos y una cultura de lo físico nos hace creer que ahí está lo mejor.

ARQUEOLOGÍA BÍBLICA 3


Por: Álvaro Hernán Rincón Fresneda

Lic. Teología FUNLAM



Análisis: La arqueología israelita y la historicidad de los libros del Antiguo Testamento 3

Los descubrimientos arqueológicos más recientes, dan muestra de la invasión a Israel por parte de un monarca desconocido hoy, cerca del 850 a. C., y que en ocasiones se relaciona con Hazael rey de Siria, tal como lo muestra una tablilla hallada con el nombre de Joram, rey, lo cual denotaba el respeto del que gozaba la casa real de Israel gracias a David (estela de Meshab, rey de Moab siglo IX a. C.) además de buscar evidencia sobre la autenticidad de las batallas y victorias de David, además de comprobar que antes de David y Salomón la población era muy reducida y lo agreste del terreno dificultaba el cultivar.

Por lo menos, ya se ha descubierto Qasili, asentamiento filisteo del siglo X a. C., donde las cenizas, las rocas y demás dan prueba de una lucha, una batalla.

En los años 60, se descubrió en Megiddo gracias a las investigaciones de Yanin, un palacio de 2000 m2 con características propia de la arquitectura siria y fechado entre los reinados de Salomón y Ajab.

En época de David, la población era rural, la cerámica filistea ya había desaparecido para el año 1000 a. C., o bueno, eso se creía, ya que hay evidencias del siglo IX que descartan este aspecto. Gracias a David, la administración, la unidad y la cultura, harán del reino de Israel, un país digno y respetable, si bien es cierto que de la época dorada del reino, no hay registros ni pruebas contundentes.

Algunas inscripciones del siglo VIII, dan prueba de que la religión popular relacionaba a Yahvé con Astarté, a la cual convertían en su compañera, la deidad femenina de Baal, atacada ferozmente por Elías cuando recrimina al pueblo por su conducta.

Para I. Finkelstein y Neil Asher Silberman ya en el año 900 a. C., el estado de Israel estaba desarrollado con un gobierno estable, una sociedad estratificada y un comercio próspero. De esto dan fe los palacios en Izreel, Megiddo (donde se mencionan caballerizas (posteriores al siglo VIII) sin que hoy haya rastro de caballos en esa zona) y la producción del aceite de oliva allá por el siglo VIII a. C.

Basta con fijarnos en Samaria, la capital de Israel, donde los decorados del palacio de estilo egipcio y el mobiliario del mismo, dan prueba de la opulencia que alguna vez vivió esta ciudad (criticada por Amós y Oseas, quienes denunciaron la opulencia material y la lejanía religiosa reinando Jeroboam II)

Descubrimientos recientes, confirman lo dicho anteriormente sumado al descubrimiento de fortificaciones reforzadas en Baja Galilea, restos de dos palacios asirios en Megiddo, a la vez que en Judá gracias a Ezequías, se restaura el culto (pese a que este no llenaba todo el territorio (altares al aire libre, sacerdotes de otros cultos, etc.) Respecto a lo demás (escritura, historia) hay poco, lo cual reduciría la era dorada de Israel en época de David y Salomón, a una magnificación literaria posterior.

En cuanto al aspecto religioso, solo a partir del siglo VII a. C., y gracias a los profetas, el monoteísmo toma forma y sentido en el contexto de la vida del pueblo pese a que después de Ezequías, el pluralismo religioso regresa.

Grosso modo, y como ya lo he mencionado en otros escritos, el que ciertos lugares, sucesos o personas no hayan existido físicamente, no por ello deja de ser verdad todo lo que el Antiguo Testamento nos presenta. (Hay verdad, quizá no exactitud)

HECHOS DE LOS APÓSTOLES: EL EVANGELIO ROMPE LÍMITES

Por: Álvaro Hernán Rincón Fresneda
Lic. Teología FUNLAM

Análisis de los capítulos 7, 8 y 9 del Comentario a los Hechos de los Apóstoles, de Weldon Vertiel




CAPÍTULO 7

Chipre y Asia Menor representan un nuevo horizonte evangelizador para la Iglesia, ya que la convicción de esta de llevar también el mensaje cristiano a los no judíos, era de gran relevancia, sin dejar de lado que a pesar de su separación formal del Judaísmo, compartían una misma herencia en la fe del único Dios, sin olvidar desde luego que en el fondo, las relaciones entre judíos y gentiles, no era buena, no solo por los prejuicios religioso – culturales, sino también por la cuestión de la dominación (romana).

La sinagoga ya no es el punto de referencia, ahora lo son las casas, allí se predica, se ora, se parte el pan. Pablo sostiene la igualdad entre todos, pero aun así no es suficiente, llegando a separar el Cristianismo de la sinagoga. Esto, se complementa de una u otra forma con el alejamiento de Juan Marcos de Pablo, los motivos son tan diversos como complejos.

Siguiendo la bitácora, el viaje a Antioquia no estaba en los planes de Pablo, su intención era visitar otra ciudad, pero la enfermedad (quizá los ojos) lo llevan allí, donde contrario a otros lugares, los judíos más abiertos le reciben efusivamente. Antioquia, capital del antiguo reino seléucida y de la provincia romana de Galacia, destacaba por su economía, su ubicación y su multiculturalidad, allí, sin lugar a dudas, el mensaje cristiano causaría polémica, pues Pablo, al entrar en la sinagoga y leer allí, predica que Cristo es el cumplimiento del AT, el Mesías, Salvador, resucitado de entre los muertos, etc.

Por supuesto, la respuesta judía más radical, fue de atacar este mensaje, mientras que para los gentiles, lo fue de alegría. Finalmente, pablo y Bernabé se ven forzados a abandonar la ciudad, sacudiendo el polvo de sus pies, gracias a la influencia de la aristocracia y los judíos más ortodoxos (cf. Hch. 14, 51) de allí, pasaron a Iconio, donde una gran cantidad de judíos y gentiles creyeron, pero al igual que en Antioquia, los que no aceptaron se opusieron sin uñas y dientes, llegando a extremos tales como el de provocar conspiraciones, difamaciones y demás contra los apóstoles (quienes se quedaron allí un buen tiempo predicando y enseñando) y las mismas autoridades de la ciudad, haciendo que al final, la abandonasen, llegando a Listra, en esta ciudad carente de sinagoga, Bernabé y Pablo predican en las calles, e incluso, obran un milagro, curando a un paralítico que cree al oír el mensaje de Jesús. Este hecho llevó a que la gente de allí les viese como dioses griegos (Zeus y Mercurio) ofreciéndoles animales y rindiéndoles culto, ante lo cual, ellos reaccionaron indignados, pero a la vez aprovechando la ocasión para predicar el evangelio.

Lamentablemente, el recelo de los judíos de Antioquia es tal que al oír de los sucesos de Listra, logran poner a la gente en contra de los apóstoles, provocando su linchamiento a tal punto, que se creyó que Pablo había muerto, lo cual se descartó al ver como este se levantaba y al día siguiente salía de allí sin problemas, llegando a Derbe, donde la situación fue mejor: gran parte de la gente creyó. Posteriormente, regresa a Antioquia, donde constatan el desarrollo de las nuevas comunidades, dotándolas de organización (institución de los presbíteros por la imposición de las manos (ordenación) reafirmaron del mensaje (ser cristiano no eximía de persecuciones, no era fácil serlo) allí, permanecerían un buen tiempo.

CAPÍTULO 8

Llega el Concilio de Jerusalén, Pablo y Bernabé, asisten como representantes de la iglesia de Antioquia, y por ende, de las iglesias gentiles. Sin lugar a dudas su labor es bien recibida por todos, pero entre los fariseos que se habían convertido, el que los gentiles no se circuncidaran previamente no era de su agrado, para Pablo, esto era irrelevante, dado que para los ni judíos, esta y otras costumbres, carecían completamente de sentido.

Gracias a Pedro y su intervención haciendo referencia a su experiencia con Cornelio (Dios es para todos al igual que el mensaje de Jesús) el tema de los gentiles incircuncisos, queda zanjado. En este sentido, Pablo y Bernabé relatan su experiencia entre los gentiles y como el Espíritu les acompañaba confirmando su predicación. Jacobo (Santiago, quizá el menor) y Pedro, eran los únicos capaces de hacer entender a los judíos conversos de que los gentiles también eran llamados, recurriendo al mismísimo AT (cf. Am. 9, 11 – 12. Is. 2, 2), lo único que se le exigiría era que renunciasen a ciertas prácticas paganas y aceptaran coherentemente el evangelio. Nada de circuncisión u otro tipo de rituales judíos.

Esto alegró mucho a los gentiles.

CAPÍTULO 9

Después de la labor desarrollada en Antioquia, Pablo desea ir a Éfeso, pero el Espíritu se lo prohíbe, lo mismo ocurre en Bitinia. Es entonces cuando aparecen en escena Macedonia y Acaya, regiones de vital importancia para la cultura y la vida grecorromana. Vale destacar que la predicación en Macedonia se da como resultado de la aparición de un hombre a Pablo, a quien le pide viaje allí y anuncie el evangelio, lo cual es visto como una señal. Después del viaje, llegan a Filipos, la capital de la que ya era entonces una provincia romana, reducto del gran imperio de Filipo y Alejandro Magno existente tres siglos atrás. Entre los hechos más destacados se resaltan, la conversión de Lidia, quien hospedó a los apóstoles. Los filipenses veían a los cristianos como judíos con un mensaje de su Dios con una vida religiosa particular. Se organiza allí la primera iglesia y aparece por primera vez las figura del superintendente (obispo cf. Flp. 1 Tm. 4 ss) donde Lucas tendía un lugar relevante. A esto se le suma por ejemplo el suceso con la joven esclava, usada por sus dueños para ganar dinero por medio de la adivinación (Pitón) y que al oír la predicación de los apóstoles, deja de ejercer este oficio, provoca la ira de sus dueños, los cuales ponen a la gente contra Pablo y los demás, haciéndoles pasar grandes sufrimientos y nominándolos cono enemigos de la sociedad y la religión romana (el ser judíos de nacimiento los asociaba a la rebelión) y finalmente llevándolos a la cárcel donde gracias a un terremoto, huyen los demás presos, pero ellos no, locuaz evita el suicidio del carcelero y su posterior conversión, convencido allí, en prisión de que Pablo y Silas eran hombres de Dios.

Después de estos sucesos, son puestos en libertad y posteriormente, abandonaron la ciudad, dirigiéndose a Tesalónica, donde Pablo, intentando dialogar con los judíos, es rechazado yendo hacia los gentiles, donde en compañía de los judíos conversos, surgió la primera iglesia de aquella ciudad, que como en las demás no estuvo exenta de dificultades, amenazas, envidia y demás. Ya no se veía a los cristianos como un grupito, ya se les empezaba a considerar como una amenaza a la estabilidad incluso del mismo Imperio.

En Berea, ciudad cercana a Tesalónica, su gente se destacaba por ser noble, de mente abierta y deseosa por oír la Palabra de Dios, la cual transmitía Pablo. Vale destacar que los habitantes de Berea primero analizaban si la enseñanza de Pablo se equiparaba a la del AT, de modo que muchos creyeron en Jesús y los que no, no pusieron traba alguna. De allí, partiría hacia la cuna del pensamiento occidental: Atenas.

Llegado allí, se percata de que los atenienses son un pueblo muy religioso (politeísta) pensante (llega a dialogar con filósofos de diversas corrientes: estoicos: ley y virtud, epicureistas: materia, ausencia de dolor) de tal forma que el mensaje que Pablo les dirigió, les importó en lo más mínimo. Lo consideraron palabrería y a Pablo, un charlatán, así, el orgullo intelectual de los atenienses estaba a salvo. El predicar el Dios desconocido en la persona de Cristo, no fue algo asimilable para los allí presentes, de ahí sus burlas “te oiremos en otra ocasión” le responden dando la vuelta.

Pese a todo y que las conversiones fueron mínimas por no decir menos (Dionisio el Areopagita entre otros), Pablo no desfallece, se da cuenta que el conocimiento intelectual de los atenienses contrasta con el mensaje del evangelio y antes que desanimarse, continúa el camino.