sábado, 3 de octubre de 2009

ARQUEOLOGÍA BÍBLICA 3


Por: Álvaro Hernán Rincón Fresneda

Lic. Teología FUNLAM



Análisis: La arqueología israelita y la historicidad de los libros del Antiguo Testamento 3

Los descubrimientos arqueológicos más recientes, dan muestra de la invasión a Israel por parte de un monarca desconocido hoy, cerca del 850 a. C., y que en ocasiones se relaciona con Hazael rey de Siria, tal como lo muestra una tablilla hallada con el nombre de Joram, rey, lo cual denotaba el respeto del que gozaba la casa real de Israel gracias a David (estela de Meshab, rey de Moab siglo IX a. C.) además de buscar evidencia sobre la autenticidad de las batallas y victorias de David, además de comprobar que antes de David y Salomón la población era muy reducida y lo agreste del terreno dificultaba el cultivar.

Por lo menos, ya se ha descubierto Qasili, asentamiento filisteo del siglo X a. C., donde las cenizas, las rocas y demás dan prueba de una lucha, una batalla.

En los años 60, se descubrió en Megiddo gracias a las investigaciones de Yanin, un palacio de 2000 m2 con características propia de la arquitectura siria y fechado entre los reinados de Salomón y Ajab.

En época de David, la población era rural, la cerámica filistea ya había desaparecido para el año 1000 a. C., o bueno, eso se creía, ya que hay evidencias del siglo IX que descartan este aspecto. Gracias a David, la administración, la unidad y la cultura, harán del reino de Israel, un país digno y respetable, si bien es cierto que de la época dorada del reino, no hay registros ni pruebas contundentes.

Algunas inscripciones del siglo VIII, dan prueba de que la religión popular relacionaba a Yahvé con Astarté, a la cual convertían en su compañera, la deidad femenina de Baal, atacada ferozmente por Elías cuando recrimina al pueblo por su conducta.

Para I. Finkelstein y Neil Asher Silberman ya en el año 900 a. C., el estado de Israel estaba desarrollado con un gobierno estable, una sociedad estratificada y un comercio próspero. De esto dan fe los palacios en Izreel, Megiddo (donde se mencionan caballerizas (posteriores al siglo VIII) sin que hoy haya rastro de caballos en esa zona) y la producción del aceite de oliva allá por el siglo VIII a. C.

Basta con fijarnos en Samaria, la capital de Israel, donde los decorados del palacio de estilo egipcio y el mobiliario del mismo, dan prueba de la opulencia que alguna vez vivió esta ciudad (criticada por Amós y Oseas, quienes denunciaron la opulencia material y la lejanía religiosa reinando Jeroboam II)

Descubrimientos recientes, confirman lo dicho anteriormente sumado al descubrimiento de fortificaciones reforzadas en Baja Galilea, restos de dos palacios asirios en Megiddo, a la vez que en Judá gracias a Ezequías, se restaura el culto (pese a que este no llenaba todo el territorio (altares al aire libre, sacerdotes de otros cultos, etc.) Respecto a lo demás (escritura, historia) hay poco, lo cual reduciría la era dorada de Israel en época de David y Salomón, a una magnificación literaria posterior.

En cuanto al aspecto religioso, solo a partir del siglo VII a. C., y gracias a los profetas, el monoteísmo toma forma y sentido en el contexto de la vida del pueblo pese a que después de Ezequías, el pluralismo religioso regresa.

Grosso modo, y como ya lo he mencionado en otros escritos, el que ciertos lugares, sucesos o personas no hayan existido físicamente, no por ello deja de ser verdad todo lo que el Antiguo Testamento nos presenta. (Hay verdad, quizá no exactitud)

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